Administración y Buen Gobierno

 

    La crisis de la democracia sólo puede combatirse con más democracia: mayor participación de la ciudadanía y una administración más volcada en la integridad y el servicio público. 

1.- No dejar a nadie atrás: tecnificación de los procedimientos repetitivos, uso del blockchain en procesos complejos. Ofrecer a los ciudadanos canales de comunicación con las administraciones más sencillos, directos, horizontales, inmediatos. Asistir a personas con bajas competencias informáticas, idiomáticas o educativas en sus relaciones a través de la tecnología con la Administración.


2.- Gestión del personal: no se necesitan más personas, sino personas con competencias y capacidades adaptadas a las nuevas formas de trabajar. Más flexibilidad en la formación de grupos de trabajo y asunción de tareas, capacidad de respuesta más rápida ante picos de trabajo, para no demorar los trámites con mayor demanda e impacto directo en los ciudadanos (prestaciones, subvenciones). Pese al coste de eficiencia que puedan crear las curvas de aprendizaje, la solución nunca puede ser externalizar la atención o tramitación en asuntos públicos. 


3.- Nuevos perfiles profesionales entre los trabajadores públicos. La Administración necesita informáticos, politólogos y filósofos, diseñadores gráficos, comunicadores, gestores de tiempos y tareas, expertos en trabajo en equipo y en pensamiento relacional. Hay que internalizar los procesos que hasta ahora se encargan a empresas externas como la facilitación en procesos participativos, la adaptación de legislación a lenguaje fácil, el rediseño de los servicios públicos, las estrategias de comunicación. 


4.- Laboratorios de Gobierno Abierto e Innovación social en cada Administración, para experimentar, crear modelos que poder probar, mejorar o descartar nuevas políticas o formas de organizar el trabajo o de diseñar la relación con la ciudadanía, que capten a los innovadores de la organización y los sitúen como núcleos de redes de cambio de la cultura organizacional que ayuden a vencer la resistencia tanto de actores como de la propia organización en su conjunto. 


5.- Apertura a la sociedad: a través de estos Laboratorios como punta de lanza, colaborar con el tejido asociativo, vecinal, cultural, educativo y hacerles partícipes de la toma de decisiones y acudir a sus conocimientos sobre cada uno de sus sectores para aplicarlos a las políticas públicas (y no sólo a través de procesos participativos en el desarrollo legislativo de sus sectores de interés). 


6.- Rediseño colaborativo de los servicios públicos. Fomentar la participación no sólo en consultas públicas, sino también utilizar la inteligencia colectiva de los usuarios para adaptar los servicios públicos a sus necesidades y expectativas, utilizando técnicas de Design thinking y enfoque de experiencia de usuario.


7.- Administración y trabajadores públicos con una nueva cultura relacional y sistémica, mayores habilidades emocionales para con ciudadanos y compañeros, más abiertos a la colaboración con otros departamentos, más permeables al cambio de sistemas de trabajo y más adaptativos y flexibles por tanto al devenir de las circunstancias futuras. 

Comentarios

Anteriormente: